La primera vez que oí de Yuha fué hace ya bastantes años, cuando empecé a estudiar árabe. En los textos para niños de todo el mundo arabe es un personaje omnipresente.
Sorprende que en occidente sea practicamente desconocido, porque igual relevancia tiene en buena parte de Asia, y por supuesto en Turquía, de donde es presuntamente originario.
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Estatua de Nasreddin, en Bujará, Uzbekistan |
Este verano me he encontrado una estatua suya en Bujará, Uzbekistán, donde se le conoce como Hodja. Además es motivo central de mucho merchandising para turistas; libros, imanes de nevera, pongos...
Es dificil definir al personaje en terminos sencillos. Aunque hay quien le compara con Sancho Panza o con Don Quijote, me parece que no tiene un equivalente literario en occidente.
Se supone que fué un personaje real, que vivia en Turquía y servía al gran emperador Tamerlán, o sea siglo XIV. Sus aventuras son sencillas, cotidianas, en ocasiones es pícaro, en otras sabio, en otras un poco bobo.
He leido por internet que lo difundieron los sufíes, porque sus historias ocultan no se qué de sabidurías profundas. Chorradas.
Lo que sí es verdad, es que muchos de los cuentos de Yuha son divertidos y originales.
Lo mejor para conocerle es leer sus historias, aquí van un par de ellas, de las cortas:
LA MUJER PERFECTA
Nasrudín conversaba con un amigo.
– Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?
– Sí pensé -respondió Nasrudín. -En mi
juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a
Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía
nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando, y fui a Isfahan; allí
encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del
espíritu, pero no era bonita.
Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.
– ¿Y por qué no te casaste con ella?
– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.
SOPA DE PATO (Hay varios cuentos con este título)
Vió Yuha una bandada de patos en un pequeño lago, y se esforzó intentando cazar alguno de ellos, pero no lo consiguió.
Así que se sentó a la orilla del lago, sacó de su morral una hogaza de pan, de la que fué cortando pequeños trozos que mojaba en el agua y a continuación se los comía.
Un caminante que le vió se acercó a él preguntando:
– ¿ Que estás comiendo Yuha?
Yuha mojó otro trozo de pan en el agua, y llevándoselo a la boca contestó:
– Sopa de pato.
Hay un librillo en edición bilingüe, arabe-español, que recopila una buena cantidad de cuentos, se trata de Anécdotas de Yoha , de Raghida Abillamaa. Absolutamente recomendable.
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