Pilatos le preguntó: ¿No hay, pues, verdad sobre esta tierra?
Y Jesús dijo: Mira cómo los que manifiestan la verdad sobre la tierra son juzgados por los que tienen poder sobre la tierra.

jueves, 7 de julio de 2016

Yo sí como patatas

Excelente puesto de venta de patata en Munich
Hay en la web del ministerio de agricultura un fondo documental de libre consulta, y dentro del mismo una joya, el "Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos", que se distribuyó entre 1797 y 1808.  En esa época, los párrocos eran con mucho las personas con mejor formación en la España rural, y constituían además un cuerpo bien organizado.

En el número 13, de marzo de 1797, el cura de Linares expone lo siguiente:
Había yo leído en una gazeta ( creo que el año pasado) que el Rey de Inglaterra hizo poner en su mesa pan de patatas con el deseo de introducirle en sus estados para alivio de los pobres en los años de carestía ; y deseando yo igualmente proporcionar el mismo beneficio a mis feligreses quise tambien tenerlo a mi mesa , y hacerlo conocer en mi parroquia , cuyo término abunda mucho en patatas , y poco en trigo y para esto ( después de haberme informado ) hice una prueba con seis libras de patatas blancas bien sazonadas que lavé y puse a cocer hasta que se les abrió el pellejo, que es cuando están cocidas lo bastante:  entonces les quité el agua, y después de escurridas las mondé y puse en una artesilla en que las desmenucé y deshice cuanto pude con una paleta fuerte, sin machacarlas para que quedasen esponjadas; luego les eché tres libras de harina de trigo, y al mismo tiempo un poco de levadura desleída en cosa de cuatro onzas de agua con la sal suficiente porque las patatas son por sí sosas : lo amasé bien todo para que se mezclasen e incorporasen entre sí estas sustancias, y formé una masa dura que no se diferenciaba a la vista de la harina de trigo solo , que se esponja mucho mas y se sazona para llevarla al horno tan pronto como la del mismo trigo. El horno debe estar algo mas caliente que para el pan regular. En suma me salió un pan esponjado, sabroso y de fácil digestión, que di á probar á mis feligreses, y a varios párrocos de estas inmediaciones, y le tuvieron por pan de trigo.El dia que le comí por primera vez (porque yo nunca le había visto hasta ahora) les confieso á Vms. Señores Editores, que fué el más alegre para mí de cuantos he tenido en mi vida , porque me pareció que veía desaparecer de sobre la tierra la hambre y la miseria, y que con el auxilio de esta excelente raiz ningún pueblo se debería quejar en adelante de falta de subsistencias, pues las patatas se crían en todas partes, su cultivo es facilísimo, pocos los riesgos de sus cosechas, y nunca se pierden del todo. La patata sola cocida con sal es por sí un pan natural que la inefable providencia nos ofrece , y que basta para nuestro alimento. Siempre me ha disgustado mucho el oir hablar con poco aprecio de esta benéfica, raiz que desprecian solo aquellas personas inconsideradas que no aciertan a estimar sino lo que les cuesta mucho y viene de muy lejos; si traxesen las patatas de la costa de Bengala navíos ingleses, que las introduxesen de contrabando , a buen seguro que se tendrían por la cosa más delicada , y no habría mesa de poderoso en que no se presentasen ; pero hallándose en todas partes, las desprecian como comida vil de gente pobre. ¡Insensatos! Allá os avengáis con vuestros estudiados guisos y adobos, y recibid en pago de vuestra glotonería humores crasos, obstrucciones, melancolías , cólicos y gota, mientras mis feligreses con comidas sencillas y frugales, conservan alegría , robustez y vida larga. Les he enseñado a hacer el pan de patatas; le sacan ya mejor que yo, y le comen con gusto, y no cambiaría el placer que me resulta de haberles dado a conocer este medio de evitar el hambre por toda la gloria de Alexandro, ni por quanto sabia su maestro.

Es solo un fragmento. Sigue el párroco en este número 13 y en el número 45 del semanario relatando sus experiencias patateras. Tanto el contenido como la redacción son una maravilla.

La cosa es que se tenía en muy poco aprecio a la patata, que solo servia para dar de comer a los cerdos, a los pobres, y a las monjas que hacían penitencia. Pobres monjas.

Cuarenta años después, en la primera Guerra Carlista, no había mejorado la consideración de la patata. Esta es una conversación de "Zumalacárregui", de los Episodios Nacionales de Galdós:

-Mi primero, le dijo el furriel despertándole bruscamente de su espléndido sueño militar, para el rancho de hoy me han dado una cosa que llaman patatas. Mire, mire: son como piedras. ¿Esto se come?
-¡Qué bruto! Es una comida excelente. ¿De dónde eres tú?
-Mi primero, yo soy de Sansoaín, orilla de Lumbier. En mi pueblo no comen esto las personas, sino las monjas por penitencia, según dicen, y los marranos, con perdón.
-Pues en el mío y en todos se cultivan las patatas y se comen, y saben tan ricas. Se introdujo en España este comestible cuando la guerra del francés. Muchos no querían comerlo por ser fruto traído de Francia; pero ya vamos entrando con él, que para el buen comer no hay fronteras.
-Mi primero, oí que comiendo estas pelotas sacadas de la tierra, se pierde la buena sangre, y nos volvemos todos gabachos o ingleses de la parte de mar afuera, diendo para La Habana.Yo no entiendo; pero le diré que las probé y me supieron al jabón que traen de Tafalla y Artajona. Si es para limpiar tripas, bueno va. Pero no me digan que esto cría sangre.
-Échales vino encima y verás.
-Con el vino solo me apaño, y estas pelotas que las coman los guiris, para que revienten de una vez. 
-Ponlas y calla, y el que no las quiera que las deje. Si no tenemos bastante vino, yo lo compro de mi bolsillo: ya sabes que no me falta un duro para obsequiar a la sección. Pídele cuatro o seis pintas al Riquitrún, y tenlas aquí antes de que toquen a rancho. 

Parece increible lo mucho que hemos tardado en apreciar la patata. Aún en los años 60 del siglo XX, el gobierno español hacía un esfuerzo publicitario en TV para que comiesemos patatas,  con el eslogan "yo sí como patatas". 


Claro que por aquella época, si lo decía el gobierno no sonaba muy creible. (Como ahora)

Todo esto, para que al final la tortilla de patatas sea uno de los platos nacionales. Pero de tortilla de patatas ya hablaremos en otro momento.  
 

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