Sempervivum tectorum, la siempreviva de los tejados.

Es autóctona de las zonas montañosas del Mediterraneo, Pirineos, Apeninos, Alpes... pero su cultivo está extendidísimo en macetas, rocallas, muros etc. en todas partes.

Solo tiene ventajas. Soporta las heladas, el calor, el sol, la sombra si no es intensa, la sequía y además raramente tiene plagas. Se conforma con un sustrato pobre y escaso. Eso sí, un sustrato que drene bien, que no quede encharcado.

Una siempreviva de los tejados, posando en mi terraza.

En la imagen de arriba, un ejemplar que tengo en mi terraza, aprovechando el resto de un tiesto viejo que se rompió.
Las he visto cultivadas en una teja boca arriba, junto con otras plantas tambien de pocos requerimientos, como sedum, o crassulas, y me gusta la idea. Yo lo he intentado en varias ocasiones sin éxito, porque me lo desbaratan los mirlos, escarbandolas en cuanto las planto.

He leido que los antiguos tapizaban los tejados con ella en la creencia de que auyentaba los rayos. Carlomagno ordenó que se plantase con ese fin en los tejados de las fincas imperiales.

En cuanto a propiedades medicinales, desconozco que actualmente se utilice.  Andrés Laguna (S XVI), en su edición del Dioscórides nos dice de ella:

Sus hojas, aplicadas por sí o con polenta, en forma de emplastro, son útiles al fuego de san Antón, a las llagas que van cundiendo y talando la carne, a las inflamaciones de ojos, a las quemaduras de fuego y al dolor de la gota. El zumo dellas, por sí y mezclado con polenta y aceite rosado, es útil fomentación contra el dolor de cabeza. Dase tambien a beber contra las mordeduras de los falangios, contra los flujos del vientre y contra la disentería. Bebido con vino extermina las lombrices redondas del cuerpo. Aplicado por abaxo, con un poco de lana, restriñe la demasiada purgación mujeril.

Espero no contraer el fuego de San Antón , ni ser mordido por un falangio, pero si me ocurre ya cuento con el remedio.
¡ Mujeres en edad fértil ! En caso de demasiada purgación, zumo de siempreviva impregnado en lana, y aplicado por abaxo.

Para reproducir la siempreviva, basta con cortar una roseta y ponerla sobre la tierra, sin enterrar. El éxito está asegurado.

Sobre estas lineas, una siempreviva de la que he tomado un par de rosetas y las he puesto en un tiesto. En este caso se trata de otra especie, sempervivum aracnoideum, llamada así porque sobre las rosetas hay como una telaraña. Esta especie no tolera tanto el pleno sol como la tectorum.

En los centros de jardinería las encontrareis facilmente entre los cactus y plantas crasas que se venden en pequeños tiestos como el de la foto. Los hay variados porque son frecuentes las hibridaciones.

Mejor no comprarlas. Cuando veais alguna accesible arrancad una roseta pequeña y al bolsillo. Podeis plantarla incluso aunque hayan pasado varios días.