Pilatos le preguntó: ¿No hay, pues, verdad sobre esta tierra?
Y Jesús dijo: Mira cómo los que manifiestan la verdad sobre la tierra son juzgados por los que tienen poder sobre la tierra.

martes, 10 de diciembre de 2024

Echando pan a los patos

 


¿Recuerdas la canción que decía?

🎼Mi mono Amedio y yo
pasamos muy buenos ratos
echando pan a los patos...🎶
Pues ya no. El ayuntamiento de Zaragoza nos advierte de que los patos tienen que comer gusanos, insectos y algas, o sea, buscarse la vida. Lo que les gusta no es lo que les conviene.
A mí me pasa lo mismo. Me gusta el codillo de cerdo, los huevos fritos y el vino, pero lo que "me hace bien" es el brócoli y las acelgas.
Hay una discordancia clara entre lo bueno y lo sano. Intentemos encontrar un equilibrio.
En adelante, cuando vaya con mi nieto a ver los patos, me llevaré un trozo de pan en el bolsillo del abrigo y nos organizamos:
Mientras él les echa el pan yo vigilo, y si vienen los urbanos grito "¡Agua!".
Entonces tiramos toda la mercancía en la papelera y salimos corriendo. Es un plan sin fisuras.
Por cierto, les llamamos "patos" en general, pero los de la foto son ánades reales, un macho con su colorido llamativo y la hembra de tonos pardos. Y aunque en el parque abunden los "desaprensivos" que les echan pan, tienen muy buena salud.



domingo, 1 de diciembre de 2024

El Ebro

 


Yo soy de rio, como el cangrejo.

Después de las clases, los chicos recogíamos nuestros bocadillos de pan con chocolate y nos íbamos a jugar. Las madres siempre gritaban: ¡No vayáis al río!
Nunca he oído una advertencia mas inútil. Si tuviera un euro de cada piedra que yo he tirado al Ebro, sería multimillonario.

Desde aquel tiempo lejano, he tenido la oportunidad de conocer muchos otros ríos míticos: Musicales como el Moldava o el Danubio (¿azul?), navegables como el San Lorenzo, épicos como el Nilo o el Amu Daria, e incluso sagrados como el Ganges o el Jordán.

Pero amigo, el Ebro es el Ebro. Y por ese puente de piedra, cruzaban los legionarios romanos calzados con sus cáligas y cargando su impedimenta.

viernes, 1 de noviembre de 2024

El Mercado Central


Para mi era la guerra.
Cuando yo aún no estaba escolarizado, mi madre me llevaba con ella a comprar al Mercado Central de Zaragoza. Los gritos de los vendedores, los olores, el suelo lleno de restos sólidos y líquidos...

Miles de mujeres con carros y capazos avanzaban caóticamente de puesto en puesto como panzer alemanes arrollándolo todo, incluyéndome a mi.

Mi madre luchaba a muerte en cada puesto, por cada alcachofa, por cada manzana, por la carne. Pedía una cantidad de aquí o de allá, discutía la calidad, discutía el precio.

En los alrededores del mercado estaban los alpargateros, los cesteros, los cordeleros, los que vendían ropa, todos gritando. Cada compraventa se discutía a muerte.

Volvíamos a casa en un autobús cutre, lleno de gente, dando botes porque el camino era de tierra, lleno de charcos misteriosos porque no había llovido en meses.

Ahora, al Mercado Central van los turistas y salen admirados de la arquitectura, pero también de la limpieza, el orden, y la calidad y presentación de los productos.

La foto antigua está tomada de la página web del mercado, y debe ser de aquella época. La nueva es del día del Pilar.



domingo, 6 de octubre de 2024

En el centro de salud.

Tenía unas pruebas médicas pendientes y en el ambulatorio me ha atendido una chica joven, una sustituta.

- Su médica de siempre se ha jubilado, así que hasta que venga alguien nuevo le ira atendiendo quien toque.

Ha evitado los términos técnicos, y me ha explicado que tengo el corazón "desacompasao". Yo conocía el "corazón partío" de Alejandro Sanz y el "corazón espinao" de Maná. Pero ¿desacompasado? ¿Como un mal cantante de boleros?

- Pues no sé en qué medida debo preocuparme.
- No, no se preocupe por eso, porque es perfectamente posible que se muera por cualquier otro motivo.
- Bueno, me quedo mas tranquilo. Aunque la verdad es que no había pensado en morirme...todavía.
- Claro, claro, era una manera de hablar.

Le he dado las gracias y bajando las escaleras he tenido la sensación de que faltaba algo. Al final he caído: Faltaban las risas enlatadas. 

La vida es, como la concebía Balzac; una comedia por entregas. Aunque el desenlace siempre es trágico.

En varios puntos del centro de salud, han pegado el cartel que puede verse en la foto. Tiene su guasa.



lunes, 30 de septiembre de 2024

YA (CASI) NADIE DA NADA.

 


Creo que sería allá por el año 2000. Una abuela entró con una niña en la Caja de Ahorros y se dirigió a la empleada.
- ¡Dile al director que salga un momento!
- Hola Antonio. Mira, esta es mi nieta. ¡Dale algo!
El director sonrió, abrió un armario y le dio a la niña unos lápices y un estuche. La abuela era mi madre y la niña era mi hija.
En 2008 llegó la GRAN CRISIS y se jodió la costumbre de dar cosas. Ni los bancos dan cazuelas, ni los supermercados tostadas con fuagrás, ni las empresas cesta de navidad. Muchas pescaderías ya ni dan el perejil.
Hablando de dar y de perejil, hace un mes me sorprendió en el buzón un folleto de una inmobiliaria que incluía un sobre con semillas. Lo sembré y el resultado actual es el de la foto.
Está bien. Menos da una piedra.

domingo, 15 de septiembre de 2024

En La Habana Vieja.

Nos recogimos pronto porque el huracán ya estaba encima. El hotel era un antiguo convento de monjas reconvertido en alojamiento modesto. Gruesos muros, ventanas mínimas, habitaciones grandes y vacías, camas muy altas y un toque de lujo: ruidosos ventiladores de pie repartidos por todo el establecimiento. El calor era insoportable.

Tras la cena se desató afuera un infierno de viento y lluvia. Mi esposa se fue a intentar dormir, y yo me acodé en la barra del bar junto al único parroquiano que había; el policía del hotel. Un hombre menudo, con un bigotillo ralo y aspecto cansado. Estuvimos tomando cervezas, que pagué yo.

No hay día bueno, me contó. Vivo lejos, y con el huracán no puedo volver a casa. Esta mañana, en mi barrio no había electricidad ni gas. Hemos hecho el desayuno quemando un leño.

En unos sofás dispuestos en ele, dos chicas cubanas tonteaban con dos españoles maduros. Una de ellas vino hasta el policía y sin hablar le dio unos billetes hechos un canuto, que él se guardó en un bolsillo sin revisarlos. Sonreí. 
- ¿Una buena propina?
- Si fuera todo para mi...

Estuvimos charlando hasta tarde. Nos quedamos solos. Los tórtolos debieron irse a alguna habitación. Bien entrada la noche, di la mano al policía y me fui a dormir.

La mañana siguiente nos levantamos tarde. El huracán ya había pasado, recogimos las cosas y fuimos a hacer el checkout.
En recepción, pregunté a la empleada si el policía había podido volver a casa sin problemas.
La chica me miro inexpresiva y respondió con ese tono declamatorio oficialista cubano:
- Disculpe, señor, pero sin duda está Ud. confundido. En este hotel no tenemos ningún policía.
Asentí, recogí los pasaportes y nos fuimos.

Ordenando unas cajas con papeles he encontrado un Granma de aquellos días y me he acordado del policía que no existió. 


martes, 10 de septiembre de 2024

Mimetismo

 


¿Es mi aspecto? ¿Mi forma de vestir?

Si voy al Corte Inglés, me toman por dependiente. Cuando voy a un hospital me toman por sanitario. Incluso esperando el metro la gente me pregunta a mi, aun cuando hay un par de empleados con uniforme unos metros mas allá.

Creo que la primera vez fue hace años, en un establecimiento termal. Yo esperaba junto a las taquillas a que saliera mi esposa del vestuario.  La gente empezó a preguntarme cosas y cuando quise darme cuenta ya había atendido a media docena de personas.

A veces me disculpo y respondo que no trabajo allí, otras cuando sé la respuesta ayudo a quien me pregunta. Pero entonces es peor porque llegan nuevos preguntadores.

El sábado fui al museo de Ciencias Naturales. En la entrada informé a unos turistas sobre los tickets, dentro indiqué a una señora la situación del lavabo. Luego, una monitora con unos niños me pidió que les explicase algo sobre los fósiles y no supe negarme. Empecé con los trilobites y los amonites, y cuando llegamos a los dinosaurios el grupo había crecido tanto que sentí que se me iba de las manos. Les invité a explorarlo por si mismos leyendo los carteles.

Hoy he ido a mi médico de cabecera. Hemos terminado los dos en su lado de la mesa revisando los análisis de otro paciente. Pinta mal.


P.D. Mi gratitud a la ilustradora, que ha hecho el trabajo entre lactancia y lactancia

martes, 3 de septiembre de 2024

Desde mi ventana

 


Es septiembre, Barcelona.
Nublada está la mañana.
Hoy no abre el Mercadona,
no se ve en la calle un alma.

Hay un vecino somardo,
que tiene un perro somardo,
que sale al balcón y ladra.

De repente un alboroto:
Cotorras cabecirrojas
vienen al almez y graznan.

El tercer grado me agobia,
si hay suerte y me lo levantan,
me voy al pueblo ipso facto.
La ciudad se me atraganta.

lunes, 12 de agosto de 2024

In memoriam



Se llamaba José Sada, pero todos le conocían como el Tio José. Corta estatura, denso pelo blanco, cabeza gorda y potente voz de barítono. Era uno de los 6 ú 8 carpinteros que mataban las mañanas de los domingos charlando en una chopera, a la orilla del Ebro. Yo tendría unos 10 años, y mi padre me llevaba con él a aquellas tertulias.

Aquella mañana de enero había helado por la noche y la niebla no terminaba de levantarse. Encendieron una hoguera y varios de ellos la atizaban de vez en cuando con un palo. La conversación iba de días buenos y malos, y el Tio José contó su “día mas feliz”:

Fue -explicó- un día de mucho frío, como hoy. Estábamos en el frente de Teruel y llevábamos semanas o puede que meses, acosados por la artillería y la aviación, avanzando y retrocediendo, recogiendo los muertos que eran muchos, malcomidos, llenos de piojos, agotados.

En uno de aquellos avances me alcanzó un tiro en una pierna. Me echaron en una camilla y me llevaron a retaguardia. El primer sanitario que vio la herida dijo:
- ¡Chaval, para ti se ha acabado la guerra!

Ese fue el mejor día de mi vida, y aquella frase la más bonita que me han dicho nunca.

***************************
En aquel mentidero de carpinteros, yo aprendí rudimentos de política (eran antifranquistas) y de filosofía. Sobre esto último, el Tio José repetía a menudo:
Tan mala es la abundancia como la escasez.
Frase que pide mármol, y muy de actualidad en nuestros ricos países occidentales.

domingo, 4 de agosto de 2024

AL MIRLO QUE COMPARTE MI TERRAZA

Siempre elegante, siempre caballero,
a la par que serio, campechano.
Como no tiene traje de verano,
sufre más el calor que un fogonero.




martes, 9 de julio de 2024

Extraños en la noche

 


Entonces no era San Petersburgo, sino Leningrado. Alfonso y yo compartíamos habitación en un hotel lejos del centro, aunque se llegaba en línea recta. Todo era seguir la larga Avda. Nevski.

Se hizo tarde. ¿Las 11? . Quizá más, y había que volver al hotel. Los taxistas en época soviética eran funcionarios. Tomar un taxi era casi imposible, así que levantabas la mano, parabas a un conductor cualquiera y negociabas.

Así lo hicimos. Paró un hombre de mediana edad, en un Lada bastante maltratado. El no hablaba nada de inglés, nosotros nada de ruso. Le enseñamos la tarjeta del hotel y asintió, negociamos escribiendo la cifra en una libreta, creímos llegar a un acuerdo y montamos en los asientos de detrás.

Arrancó a una velocidad mayor de la que esperábamos de aquel cacharro y tras unos pocos metros, abandonó la avenida y empezó a callejear . Era la ciudad del estudiante Raskolnikov en “Crimen y Castigo”, oscura, neblinosa, vacía y amenazadora. Zigzagueábamos sin sentido, unas veces siguiendo la orilla de los canales, otras cruzando por puentes sin iluminar.

¡Alfonso! Dije, la hemos cagado. Este tío no nos lleva al hotel. No sé lo que intenta, pero pinta mal. Es un hampón y va a ir a un lugar apartado, donde estarán sus colegas esperando. Cuando esté a punto de parar, antes de que nos echen mano, yo le trinco por el cuello y me deshago de él, tu saltas rápido al volante y salimos disparados. No era un buen plan, pero era un plan.

Pasaban los minutos, seguíamos callejeando en una penumbra que los faros del coche apenas penetraban. Conforme pasaba el tiempo íbamos acumulando tensión.

Entonces empezó a aminorar. No había nada reconocible, solo difusos bloques de viviendas soviéticos. Dobló una esquina, había un pequeño grupo de gente como esperando, y redujo más.
- A la de tres, susurré,  le saco de ahí; ¡Preparado!
- Una, dos...
El Lada giró despacio otra esquina, y entonces Alfonso gritó:
- ¡El hotel! ¡El hotel!

Era nuestro hotel. Paró a unos 50m, porque solo dejaban entrar a los taxis oficiales. Bajamos con el corazón desbocado, solo atinando a decir: ¡Hostias, hostias! y resoplar.
Le pagamos lo acordado y no subimos a la habitación, nos quedamos en el pub del sótano tomando unos vodkas.

Habíamos estado a un segundo de liar una buena. Nos reímos.

viernes, 5 de julio de 2024

El diseño de los pájaros

 - ¿Se han fijado en los pájaros? Vuelan, van, vienen, suben, bajan, pero...¿Han visto alguna vez alguno de ellos recostado, jadeando del esfuerzo?

Tras esta entradilla, D. Antoni Almirall puso la primera diapositiva y comenzó su clase de biología. Siempre eran buenas, pero aquella fue épica, irrepetible. Descubrimos que las aves tienen un diseño impecable, perfecto.
Dios sacó aquel quinto día de la creación lo mejor de sí mismo. Cuando al día siguiente se puso con los mamíferos, debió hacerlo con desgana y cuando creó al hombre, le salió una chapuza.
Esta mañana, un grupo de cotorras grises argentinas han venido volando hasta el almez que hay frente a mi balcón, para comerse los frutillos todavía verdes.
Debo estar paranoico, pero tengo la impresión de que me miran con condescendencia. Como diciendo, ¡Pobre bicho! :
No vuela, se desplaza penosamente sobre 2 patas, necesita ponerse ropa y zapatos , tiene un sistema respiratorio y excretor lamentable y a la menor oportunidad se mata con sus semejantes.
¿Y si no fuéramos los amos y señores de la creación? ¿Y si a quien Dios hizo realmente a su imagen y semejanza fue a las cotorras argentinas?



Sueños


Yo quería ser como “El Virginiano”. Llevar las vacas al rio, dispararle a los indios y a los malos, cobrar mi paga el sábado y tras bañarme en una tina ir a gastarla al saloon en “Medicine bow”. También quise ser pirata, o torero, o boxeador como Pedro Carrasco o José Legrá.

Pasado el tiempo, no diré que mi vida sea una mierda, no estoy descontento. Pero puestos a pensar en “momentos emocionantes”, no caigo en ninguno. (O quizá sí, pero no los sentí así cuando ocurrían).
Como compensación, me gusta leer. He sido John Silver en La Isla del Tesoro, Ulises en La Odisea, he compartido la locura de Don Quijote, las angustias de Emma Bovary, el extraño paso del tiempo con Hans Castorp en Davos, y la huida hacia delante de Jean Valjean en Los Miserables.
Las buenas novelas son la hostia.

lunes, 29 de abril de 2024

¿De donde venimos?

"El hombre sabe que está solo en la inmensidad indiferente del Universo, de la cual apareció sólo por casualidad. Ni su destino ni sus obligaciones están escritos en ninguna parte." (Jacques Monod)

Tuve hace años un compañero de trabajo al que llamábamos Scooby, cuya fe en los extraterrestres era proverbial. Los extraterrestres eran su explicación a todos los hechos científicos, históricos y geopolíticos. Mis discusiones con él eran apasionantes y divertidas. 

Siempre ha sido una pregunta fundamental para el ser humano el clásico:

 ¿De donde venimos? 

Para Scooby procedíamos de los extraterrestres, lo cual solo supone cambiar de sitio el origen, pero no aclara la cuestión. Naturalmente también está la explicación religiosa; nos creó Dios. 

Si nos atenemos a la ciencia, tenemos más o menos resuelto el asunto de como la vida ha evolucionado desde su mínima expresión hasta la complejidad de los organismos superiores, por la teoría de la evolución; mutaciones y selección natural.  El problema está en cómo se originó la vida. Es decir, cómo apareció la primera molécula capaz de replicarse a si misma y dar origen a todo. Presuntamente, dicen los que saben, fue una molécula de ARN formada en un sopicaldo de compuestos químicos.

Además, si este proceso se dio en La Tierra, ha podido ocurrir en cualquier otro planeta, y de una forma similar o diferente. O sea que, ¿Es razonable que haya vida extraterrestre? Igual tenía razón mi compañero.

Hace algunos años, estudiando el funcionamiento de las depuradoras, descubrí a Jacques Monod, un francés genial. Biólogo, premio Nobel y con una teoría propia sobre el origen de la vida.

Monod defiende que la probabilidad de que se produzca la vida a partir del sopicaldo químico, es materialmente nula. Según el, debió ocurrir un evento insólito e irrepetible, lo que nos llevaría a que no haya vida más allá de nuestro planeta. Además, una vez formados los primeros aminoácidos y desencadenada la vida primigenia, la evolución hacia seres complejos fue una consecuencia directa inevitable, una necesidad.

Todo su razonamiento está recogido en su libro "El azar y la necesidad". Un referente en la filosofía de la ciencia que se encuentra fácil en internet.

Aparte de lo anterior, igual que identificamos a Einstein con su ecuación E=mc2, o a Newton con la ley de gravitación F=K(m.m')/r2, Monod tiene su "Ecuación de Monod", que podemos ver en la imagen. Nos proporciona la tasa de crecimiento de los microorganismos en función de la concentración de sustrato nutricio.

Es sencilla, sutil, y le valió un premio Nóbel. La aplicación mas famosa está en las depuradoras de aguas residuales (ERAR). En ellas la etapa de tratamiento biológico consiste en que las bacterias "se comen" la materia orgánica, la mierda. La Ecuación de Monod pone números a este proceso. 


Ecuación de Monod, en Annual Review of Microbiology. (Stanford 1949)

R= Tasa de crecimiento de los microorganismos
Rk=Máxima tasa de crecimiento (A una temperatura concreta). Da una medida de la eficiencia de cada especie bacteriana.
C= Concentración del sustrato (En el nutriente mas limitante)
C1= Concentración del sustrato a la que la tasa R se hace 1/2 Rk