Yo quería ser como “El Virginiano”. Llevar las vacas al rio, dispararle a los indios y a los malos, cobrar mi paga el sábado y tras bañarme en una tina ir a gastarla al saloon en “Medicine bow”. También quise ser pirata, o torero, o boxeador como Pedro Carrasco o José Legrá.Pasado el tiempo, no diré que mi vida sea una mierda, no estoy descontento. Pero puestos a pensar en “momentos emocionantes”, no caigo en ninguno. (O quizá sí, pero no los sentí así cuando ocurrían).
Como compensación, me gusta leer. He sido John Silver en La Isla del Tesoro, Ulises en La Odisea, he compartido la locura de Don Quijote, las angustias de Emma Bovary, el extraño paso del tiempo con Hans Castorp en Davos, y la huida hacia delante de Jean Valjean en Los Miserables. Las buenas novelas son la hostia.
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