Pilatos le preguntó: ¿No hay, pues, verdad sobre esta tierra?
Y Jesús dijo: Mira cómo los que manifiestan la verdad sobre la tierra son juzgados por los que tienen poder sobre la tierra.

lunes, 30 de septiembre de 2024

YA (CASI) NADIE DA NADA.

 


Creo que sería allá por el año 2000. Una abuela entró con una niña en la Caja de Ahorros y se dirigió a la empleada.
- ¡Dile al director que salga un momento!
- Hola Antonio. Mira, esta es mi nieta. ¡Dale algo!
El director sonrió, abrió un armario y le dio a la niña unos lápices y un estuche. La abuela era mi madre y la niña era mi hija.
En 2008 llegó la GRAN CRISIS y se jodió la costumbre de dar cosas. Ni los bancos dan cazuelas, ni los supermercados tostadas con fuagrás, ni las empresas cesta de navidad. Muchas pescaderías ya ni dan el perejil.
Hablando de dar y de perejil, hace un mes me sorprendió en el buzón un folleto de una inmobiliaria que incluía un sobre con semillas. Lo sembré y el resultado actual es el de la foto.
Está bien. Menos da una piedra.

domingo, 15 de septiembre de 2024

En La Habana Vieja.

Nos recogimos pronto porque el huracán ya estaba encima. El hotel era un antiguo convento de monjas reconvertido en alojamiento modesto. Gruesos muros, ventanas mínimas, habitaciones grandes y vacías, camas muy altas y un toque de lujo: ruidosos ventiladores de pie repartidos por todo el establecimiento. El calor era insoportable.

Tras la cena se desató afuera un infierno de viento y lluvia. Mi esposa se fue a intentar dormir, y yo me acodé en la barra del bar junto al único parroquiano que había; el policía del hotel. Un hombre menudo, con un bigotillo ralo y aspecto cansado. Estuvimos tomando cervezas, que pagué yo.

No hay día bueno, me contó. Vivo lejos, y con el huracán no puedo volver a casa. Esta mañana, en mi barrio no había electricidad ni gas. Hemos hecho el desayuno quemando un leño.

En unos sofás dispuestos en ele, dos chicas cubanas tonteaban con dos españoles maduros. Una de ellas vino hasta el policía y sin hablar le dio unos billetes hechos un canuto, que él se guardó en un bolsillo sin revisarlos. Sonreí. 
- ¿Una buena propina?
- Si fuera todo para mi...

Estuvimos charlando hasta tarde. Nos quedamos solos. Los tórtolos debieron irse a alguna habitación. Bien entrada la noche, di la mano al policía y me fui a dormir.

La mañana siguiente nos levantamos tarde. El huracán ya había pasado, recogimos las cosas y fuimos a hacer el checkout.
En recepción, pregunté a la empleada si el policía había podido volver a casa sin problemas.
La chica me miro inexpresiva y respondió con ese tono declamatorio oficialista cubano:
- Disculpe, señor, pero sin duda está Ud. confundido. En este hotel no tenemos ningún policía.
Asentí, recogí los pasaportes y nos fuimos.

Ordenando unas cajas con papeles he encontrado un Granma de aquellos días y me he acordado del policía que no existió. 


martes, 10 de septiembre de 2024

Mimetismo

 


¿Es mi aspecto? ¿Mi forma de vestir?

Si voy al Corte Inglés, me toman por dependiente. Cuando voy a un hospital me toman por sanitario. Incluso esperando el metro la gente me pregunta a mi, aun cuando hay un par de empleados con uniforme unos metros mas allá.

Creo que la primera vez fue hace años, en un establecimiento termal. Yo esperaba junto a las taquillas a que saliera mi esposa del vestuario.  La gente empezó a preguntarme cosas y cuando quise darme cuenta ya había atendido a media docena de personas.

A veces me disculpo y respondo que no trabajo allí, otras cuando sé la respuesta ayudo a quien me pregunta. Pero entonces es peor porque llegan nuevos preguntadores.

El sábado fui al museo de Ciencias Naturales. En la entrada informé a unos turistas sobre los tickets, dentro indiqué a una señora la situación del lavabo. Luego, una monitora con unos niños me pidió que les explicase algo sobre los fósiles y no supe negarme. Empecé con los trilobites y los amonites, y cuando llegamos a los dinosaurios el grupo había crecido tanto que sentí que se me iba de las manos. Les invité a explorarlo por si mismos leyendo los carteles.

Hoy he ido a mi médico de cabecera. Hemos terminado los dos en su lado de la mesa revisando los análisis de otro paciente. Pinta mal.


P.D. Mi gratitud a la ilustradora, que ha hecho el trabajo entre lactancia y lactancia

martes, 3 de septiembre de 2024

Desde mi ventana

 


Es septiembre, Barcelona.
Nublada está la mañana.
Hoy no abre el Mercadona,
no se ve en la calle un alma.

Hay un vecino somardo,
que tiene un perro somardo,
que sale al balcón y ladra.

De repente un alboroto:
Cotorras cabecirrojas
vienen al almez y graznan.

El tercer grado me agobia,
si hay suerte y me lo levantan,
me voy al pueblo ipso facto.
La ciudad se me atraganta.