lunes, 30 de septiembre de 2024
YA (CASI) NADIE DA NADA.
domingo, 15 de septiembre de 2024
En La Habana Vieja.
Tras la cena se desató afuera un infierno de viento y lluvia. Mi esposa se fue a intentar dormir, y yo me acodé en la barra del bar junto al único parroquiano que había; el policía del hotel. Un hombre menudo, con un bigotillo ralo y aspecto cansado. Estuvimos tomando cervezas, que pagué yo.
No hay día bueno, me contó. Vivo lejos, y con el huracán no puedo volver a casa. Esta mañana, en mi barrio no había electricidad ni gas. Hemos hecho el desayuno quemando un leño.
En unos sofás dispuestos en ele, dos chicas cubanas tonteaban con dos españoles maduros. Una de ellas vino hasta el policía y sin hablar le dio unos billetes hechos un canuto, que él se guardó en un bolsillo sin revisarlos. Sonreí.
- ¿Una buena propina?
- Si fuera todo para mi...
Estuvimos charlando hasta tarde. Nos quedamos solos. Los tórtolos debieron irse a alguna habitación. Bien entrada la noche, di la mano al policía y me fui a dormir.
La mañana siguiente nos levantamos tarde. El huracán ya había pasado, recogimos las cosas y fuimos a hacer el checkout.
En recepción, pregunté a la empleada si el policía había podido volver a casa sin problemas.
La chica me miro inexpresiva y respondió con ese tono declamatorio oficialista cubano:
- Disculpe, señor, pero sin duda está Ud. confundido. En este hotel no tenemos ningún policía.
Asentí, recogí los pasaportes y nos fuimos.
Ordenando unas cajas con papeles he encontrado un Granma de aquellos días y me he acordado del policía que no existió.
martes, 10 de septiembre de 2024
Mimetismo
¿Es mi aspecto? ¿Mi forma de vestir?
Si voy al Corte Inglés, me toman por dependiente. Cuando voy a un hospital me toman por sanitario. Incluso esperando el metro la gente me pregunta a mi, aun cuando hay un par de empleados con uniforme unos metros mas allá.
Creo que la primera vez fue hace años, en un establecimiento termal. Yo esperaba junto a las taquillas a que saliera mi esposa del vestuario. La gente empezó a preguntarme cosas y cuando quise darme cuenta ya había atendido a media docena de personas.
A veces me disculpo y respondo que no trabajo allí, otras cuando sé la respuesta ayudo a quien me pregunta. Pero entonces es peor porque llegan nuevos preguntadores.
El sábado fui al museo de Ciencias Naturales. En la entrada informé a unos turistas sobre los tickets, dentro indiqué a una señora la situación del lavabo. Luego, una monitora con unos niños me pidió que les explicase algo sobre los fósiles y no supe negarme. Empecé con los trilobites y los amonites, y cuando llegamos a los dinosaurios el grupo había crecido tanto que sentí que se me iba de las manos. Les invité a explorarlo por si mismos leyendo los carteles.
Hoy he ido a mi médico de cabecera. Hemos terminado los dos en su lado de la mesa revisando los análisis de otro paciente. Pinta mal.
P.D. Mi gratitud a la ilustradora, que ha hecho el trabajo entre lactancia y lactancia
martes, 3 de septiembre de 2024
Desde mi ventana
Es septiembre, Barcelona.Nublada está la mañana.Hoy no abre el Mercadona,no se ve en la calle un alma.Hay un vecino somardo,que tiene un perro somardo,que sale al balcón y ladra.De repente un alboroto:Cotorras cabecirrojasvienen al almez y graznan.El tercer grado me agobia,si hay suerte y me lo levantan,me voy al pueblo ipso facto.La ciudad se me atraganta.