Se aplica en el ámbito de las empresas tecnológicas, y se trata de que el empresario no tenga que proporcionar al trabajador un portatil o un teléfono móvil. Que sea el trabajador el que aporte su propio equipo.
El asunto viene de América, y el concepto no es nuevo. Lo único nuevo es que se aplique en el mundo de la informática o la telefonía, que es donde nace el vocablo.
Datos de una presentación de Cisco del año 2013 |
Hace ya muchos años que vemos como viene a casa un presunto empleado de la compañia del gas, de la telefónica, o de la eléctrica que se desplaza con su Opel Corsa, su propia escalera y su herramienta.
Seguramente además le habrán contratado como autónomo. O pertenecerá a la contrata de la contrata de una contrata. Pero no es políticamente correcto llamarlas contratas. Son "empresas colaboradoras".
Para las empresas, la partida de salarios como la de materiales de trabajo es un gasto, y el objetivo es minimizarlo.
Volviendo al palabro inicial, el gran mérito de los norteamericanos es que son capaces de presentarlo como una ventaja para el trabajador:
¡ Fijate ! ¡ Puedes usar tu propio teléfono móvil ! ¡ Y tu portatil !
¡ Y además puedes trabajar a cualquier hora y desde cualquier sitio !
Viene esto a cuento, porque estos días he configurado en un sistema de comunicaciones unificadas de Cisco, una funcionalidad llamada "Extend and Connect", que permite que el empleado (o directivo) pueda trabajar desde cualquier sitio y con cualquier teléfono. Las llamadas son gestionadas por el sistema de la empresa, y para el que está al otro lado del teléfono, es como si estuviese hablando con alguien que está en las oficinas de la empresa en cuestión.
Tecnológicamente es fantástico. Está muy logrado.
De hecho, al programarlo y probarlo se te olvida que la finalidad es mejorar la productividad de la empresa a costa de una mayor
(Aunque sea un ejecutivo o directivo, que tambien van al cielo como los negritos buenos)
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